Con nuestro estilo de vida moderno muchas veces nos encontramos en situaciones de estrés. Por un lado, muchas de las tareas que realizábamos antiguamente han sido simplificadas por electrodomesticos y sistemas de producción sofisticados pero por el otro nos vemos sujetos a cumplir expectativas familiares, laborales o sociales que pueden desencadenar en estrés.
Estrés proviene del inglés stress (tensión), es una reacción fisiológica de defensa del organismo para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada.
El estrés es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia pero cuando esta respuesta natural se da en exceso se produce una sobrecarga de tensión que repercute en el organismo y provoca la aparición de enfermedades y anomalías patológicas que impiden el normal desarrollo y funcionamiento del cuerpo humano.
Síntomas del estrés
Si bien estos síntomas son similares a los de la ansiedad generalizada se diferencia en que el estrés es desencadenado por alguna o varias situaciones que afectan al individuo mientras que la ansiedad generalizada puede presentarse aún sin motivos aparentes, donde predomina la sensación de miedo y angustia.
También pueden causar síntomas similares al estrés la hiperactividad de la tiroides, bajo nivel de azúcar en sangre o un ataque cardíaco .
Los síntomas de la sobrecarga de tensión por estrés continuado producen síntomas en diversas áreas de nuestra vida repercutiendo a nivel físico, psíquico y social.
También pueden causar síntomas similares al estrés la hiperactividad de la tiroides, bajo nivel de azúcar en sangre o un ataque cardíaco .
Los síntomas de la sobrecarga de tensión por estrés continuado producen síntomas en diversas áreas de nuestra vida repercutiendo a nivel físico, psíquico y social.
A nivel físico pueden aparecer muchos de los siguientes síntomas:
- Tensión muscular con dolor en el cuello o en la parte baja de la espalda.
- Opresión en el pecho falta de aire y palpitaciones.
- Sudor y frío en las palmas de las manos y en los pies.
- Bruxismo o rechinar de dientes.
- Dificultad para tragar y/o respirar.
- Respiración acelerada.
- Sequedad en boca y garganta.
- Temblores y/o tics nerviosos.
- Falta o aumento de apetito.
- Trastornos en el sistema gastrointestinal como diarrea, nauseas o estreñimiento.
- Fatiga.
- Tartamudeo
- Insomnio
- Necesidad frecuente de orinar.
- Dolores de cabeza.
- Caida del pelo
- Desarreglos de los ciclos menstruales.
A nivel psicológico pueden aparecer los siguientes:
- Irritabilidad general, hiperexcitación o depresión.
- Conducta impulsiva furia constante o descontrolada.
- Impulsos irresistibles de gritar o deseos de llorar.
- Tristeza, sensación de inseguridad, de menor valía, tendencia a la postergación, retraimiento o aislamiento.
- Incapacidad de concentración, disminución de la memoria y lentitud de pensamiento.
- Pensamiento desorientado o reiterativo y perseverante sobre algún problema.
- Sensación de irrealidad, debilidad o vértigo.
- Pérdida de la "alegría del vivir".
- Tener miedo sin saber de que o a que.
- Tendencia a asustarse fácilmente por cualquier ruido no habitual.
- Pesadillas frecuentes o repetitivas.
- ansiedad, temor o angustia.
- Preocupación excesiva, no poder controlar el pensamiento.
- Pensamiento catastrófico.
- Cambios de humor constantes.
- Depresión.
A nivel de conducta afectando el área social podemos encontrar:
- Cambios de humor.
- Risa nerviosa.
- Moverse constantemente.
- Problemas sexuales.
- Comer en exceso o dejar de hacerlo.
- Disminución de la autoestima.
- Beber o fumar con mayor frecuencia.
- Dormir en exceso o sufrir de insomnio.
- Aumento del uso de fármacos legales.
- Adicción al alcohol o drogas ilegales.
- tendencia a ir de un lado a otro sin razón, e incapacidad para detenerse en actitud relajada.
- Problemas en diferentes áreas de la vida, con los demás o en el trabajo.
- Dificultad para tomar decisiones.